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2012 - España

La Nochebuena

35 Minutos y 16 Personajes + Extras. En un bar se reúnen varios personajes en la Nochebuena. Cada uno tiene una vida con problemas a los que no encuentran solución. Un atraco y el testimonio de uno de los camareros hará que encuentren sentido a esa noche y a sus vidas. Esta obra transmite el mensaje de esperanza para los enfermos, pobres, delincuentes y desanimados.

LA NOCHEBUENA

PERSONAJES

RAÚL
MARIANO
LAURA
MUJER
SR. TONETTI
PROSTITUTA 1
PROSTITUTA 2
ENFERMO
MARIANELA
ANDY
CHICO 1
DELINCUENTE 1
DELINCUENTE 2
DELINCUENTE 3
PERIODISTA
POLICÍA
VOZ EN OFF
Extras: POLICÍAS, CHICOS

ESCENARIO. Un bar (estilo americano), el dueño atendiendo en la barra y el mesero, limpiando las mesas. Comienza la obra.




RAÚL. ¡Estás apurado hoy, Mariano! ¡Mira que es temprano todavía!

MARIANO. (Mira el reloj.) ¡Y sí! ¡Son casi las 21:30! Hoy es Nochebuena, en media hora me voy, te dejo todo listo y ¡chau! Es que mi familia me está esperando si no, yo me quedo, Raúl...

RAÚL. Sí, sí, está bien, no te preocupes, pero me dejas un “lindo regalito” de Nochebuena: atender a la gente yo solo. Menos mal que convencí a Cecilia de que viniera a ayudarme, ¡mi mujer es de hierro! Juntos levantamos este lugar, y juntos lo mantenemos, y ahora que David y José María ya están casados y viven en otro país, ella está todo el tiempo a mi lado: debe estar por llegar...

MARIANO. Sí, tuviste suerte de tener una mujer como Cecilia. Mira, ya comienzan a caer clientes.

(Entra un ejecutivo un poco desaliñado.)

SR. TONETTI. ¡Hola Raúl! ¡Hola Mariano! ¡Tráeme un doble, por favor!

MARIANO. Disculpe, Sr. ¿pero sin comer nada? Es muy temprano, ¿no quiere unos saladitos antes?

SR. TONETTI. ¡Raúl! ¡Escucha a tu muchacho! (Se ríe.) ¡Ahora me convenciste! ¡Tráeme una botella! ¿Acaso hoy no hay que festejar? ¡La Nochebuena la voy a pasar a mi manera!

RAÚL. (Le pasa una botella de whisky.) Mariano, el whisky del señor...

MARIANO. Está bien, está bien... Yo solo decía...

(Entran dos prostitutas y se sientan en una mesa.)

PROSTITUTA 1. (Riéndose muy alegre.) ¡Ey, Raúl! ¿No nos atiende nadie aquí o qué pasa? ¿No nos querés acá…?

PROSTITUTA 2. (Se ríe.) ¡Dale, Raúl!

RAÚL. No, chicas, ¡por favor! ¿Cómo va a ser así? Es que está Mariano, solo acuérdense que es Nochebuena...

PROSTITUTA 1. ¡Nochebuena, para vos! Para mí es como cualquier noche, tengo hambre, sueño y estoy cansada... (Mira a Mariano.) Aunque... con este bomboncito... ¡La noche podría cambiar! (Se ríen las dos.)

MARIANO. (Se ríe.) No, chicas, este bomboncito termina su turno y se va a cenar con su familia. ¿Qué se van a servir?

PROSTITUTA 1. ¡Qué lastima! Tráeme una cerveza… (Mientras entra una mujer sola, se sienta y prende un cigarrillo) ¡Che, Marcela! Mira esa que está ahí...

(Mariano se acerca a la señora que entra.)

MARIANO. ¿Señora? ¿Se va a servir algo?

MUJER. Eh... Tráigame el menú, por favor. Y un café, por favor...

MARIANO. ¡Cómo no!

PROSTITUTA 2. (Se dirige a la mujer que esta sola.) ¡Ey, nena! ¿Te querés unir al gremio? ¡Ja ja ja ja!

RAÚL. ¡Shhh, chicas, chicas! Ya saben: son bienvenidas siempre que no molesten a los clientes.

PROSTITUTA 1. ¡Bueno, Raúl! ¡Si no la estamos molestando!

(Entra Laura a trabajar.)

LAURA. - ¡Hola, Mariano! Vine a ayudarte...

MARIANO. -¡Lau, amor! ¿Qué estás haciendo? Esta Nochebuena no te tocaba trabajar... (Le da un beso.)

LAURA. Es que no tenía ganas de quedarme en casa, vos no sabes lo que es eso: una batalla campal... Y aprovechan cuando están todos juntos para gritar: “¡fuego!” ¡Y comienzan a darse con todo! ¿Quién quiere estar ahí?

MARIANO. Te entiendo. Raúl se va a poner más que feliz porque yo ya me iba y se quedaba solo con toda la gente. ¡Raúl, mira quién vino a ayudarte!

RAÚL. ¡Oh, qué bueno! Nunca tan bienvenida, Laura, así que ni te pregunto qué te trae por aquí.

LAURA. Está bien, no te preocupes...

(Entra un hombre demacrado y triste y se sienta.)

LAURA. Señor, ¿qué se va a servir?

ENFERMO. (Distraído.) ¿Sí? ¡Ah...! Agua mineral, por favor.

LAURA. ¿Algo más?

ENFERMO. No, por ahora eso no más...

(Entra una chica descompuesta.)

LAURA. ¡Hola! ¿Te puedo ayudar?

MARIANELA. ¡Un baño! ¡Necesito un baño!

LAURA. Sí, vení por acá...

MARIANO. (Le habla a Raúl.) Esa se pasó de dosis...

RAÚL. Me parece que sí, ¡pobre! Linda y joven... ¿cómo puede darse así?

(Entran unos chicos de la calle.)

CHICO 1. Señor, ¿tiene algo?

RAÚL. ¡Hola, campeón! ¿Cómo estás? ¿Y tus hermanitos?

CHICO 1. Éstos son y éste es mi amigo Andy.

CHICOS. ¡Hola...!

RAÚL. ¿Por qué no están en su casa hoy? Es Nochebuena...

CHICO 1. Es que no hay nada en casa y en la calle hoy conseguimos más para poder comer mañana...

ANDY. Sí, yo ya tengo un peso, hoy la gente se pone generosa...

RAÚL. Miren, como hoy es Nochebuena están todos invitados a comer, siéntense y Mariano les va a servir.

CHICOS. ¡Uh! ¡Qué bueno...!

MARIANO. Vengan por acá.

(Entran tres sospechosos y se acercan a la barra.)

RAÚL. ¿Sí, muchachos? ¿Qué se van a servir?

DELINCUENTE 1. No, nada todavía.

DELINCUENTE 2. A mí dame una cerveza. ¿Y vos?

DELINCUENTE 3. (Nervioso.) Ta... también... una cerveza...

RAÚL. Muy bien, no sé si quieren ubicarse en alguna mesa… Hoy vamos a tener una hermosa Nochebuena.

DELINCUENTE 1. Sí, ya lo creo...

(Raúl sale de la barra y comienza a hablar con el Sr. Tonetti.)

RAÚL. ¿Cómo está, Sr. Tonetti?

SR. TONETTI. ¿Sí? Bien...

RAÚL. ¿Me permite? (Le muestra la silla.)

SR. TONETTI. Sí, siéntese.

RAÚL. Disculpe, pero lo he venido observando todos estos días y no es que sea entrometido, pero usted ha estado tomando mucho...

SR. TONETTI. ¡Noooooo.! (Medio mareado.)

RAÚL. Bueno, quise decir, más de lo acostumbrado. Mire esta botella, ya casi la ha terminado y recién le servimos, y ¡es whisky! Usted es un hombre de negocios, exitoso, no le conviene...

SR. TONETTI. Sí, exitoso... ¡Pssshhh...! ¡Sobre todo! (A los gritos.) ¡Javier Tonetti “el exitoso”! ¡Ja ja ja ja! (Llora.)

RAÚL. Bueno, cálmese, no se ponga así...

SR. TONETTI. ¡Usted qué sabe si soy exitoso! ¿Exitoso yo? Mire, le voy a decir algo: usted sólo escúcheme. A mí siempre me fue bien en todo desde niño. No tuve problemas familiares, al contrario, mi familia era muy sana; en la escuela era el primero. Cuando entré en la adolescencia ya no era el primer estudiante, pero estaba entre los buenos, andaba bien, me divertía dentro de todo, sanamente, como cualquiera. Metí la pata muchas veces pero nada grave. Terminé la secundaria y todo bien. Entré a la universidad y aquí me tiene: ¡soy un licenciado en economía! Tengo trabajo, mucho trabajo, en este país en bancarrota, ¡yo lo tengo! El dinero no falta, casa, auto deportivo y muchas mujeres... ¡Pero estoy solo! (Llora.) ¡Solo! Mis padres murieron hace mucho, y mi único hermano vive en el exterior. Jamás me enamoré, por eso no me casé pero debe ser que me estoy poniendo viejo porque deseo tener una familia, una esposa, hijos, alguien que me espere, que me piense, que me cuide... ¡Pero no! No tengo... Nadie me espera, nadie prepara una cena de Nochebuena para compartirla conmigo... (Llora.) Creo que es la peor noche de mi vida... ¡Ojalá no existiera! Porque mi vida no tienen sentido, una rutina que es eterna, una sucesión de días que parece infinita. Algún día terminará cuando más pronto, mejor.

RAÚL. Pero, amigo, usted todavía es muy joven, puede hacer su vida, casarse, formar una familia...

SR. TONETTI. No, no, ya no es tan fácil para mí. Es algo muy profundo... Este vacío que siento es como si nada lo pudiera llenar.

RAÚL. ¡Está bien! Pero por lo menos no se haga más daño bebiendo porque lo perderá todo, hasta la oportunidad que ahora tiene.

(El Sr. Tonetti sigue bebiendo y Raúl se va. Laura sale del baño con la chica adicta.)

LAURA. Sentate acá, ¿te sentís mejor? ¿Cómo te llamas?

MARIANELA. Ma... Marianela...

LAURA. Marianela, lindo nombre. ¿Te sentís mejor?

MARIANELA. Sí, por favor, dame agua.

LAURA. Ya te traigo. (Le sirve agua.) Pero, decime, Marianela, y no me digas que no, pero, ¿vos estás consumiendo drogas? ¿Por eso estas así, no?

MARIANELA. ¡Chocolate por la noticia! ¿Y a vos qué?

LAURA. No, sólo me pregunto por qué alguien tan joven y tan linda desperdiciaría así su vida...

MARIANELA. Está bien, sorry... Mira, yo tengo una vida de porquería, así que no pierdo nada; es más, así pasa el tiempo, y me olvido de todo... ¡qué mas da!

LAURA. No digas así. Todos tenemos problemas y a veces cuesta seguir adelante. Te lo digo porque a mí también me pasa, pero hay que ponerse las pilas ¡y seguir! ¡No podemos tirar la vida a la basura!

MARIANELA. ¿Qué sabes vos, nena, lo que es tener problemas? (A los gritos.) Mi mamá me abandonó cuando tenía 6 años, se fue con un tipo que encima la maltrataba. Mí papá supuestamente me crió con mi abuela, -mi papá nunca estaba y mi abuela no me quería porque le recordaba a mi mamá-, ¡y ahora pretenden que yo sea la niña perfecta! Bueno, aquí tienen a su “niñita”, ¡ésta es la que ellos criaron! Pretenden pasar la Nochebuena “en familia”… ¿Qué familia? ¡Yo nunca tuve una! Y lo que más amaba era Joaquín, mi novio, y ahora ¡él también me abandonó! Algo debe estar mal en mí que nadie me quiere... ¡Así que no me importa! Si las drogas me hacen mal ¡yo me siento bien! Las consumo y me olvido de todo, de ellos, ¡de todo! Y si me muero ¡mejor! Si a nadie le importo... (Llora.)

LAURA. Pero, nena, hoy es Nochebuena...

MARIANELA. ¡Nunca existió la Nochebuena para mí! Desde que me acuerdo siempre lloré esa noche y me sentí más sola que nunca. Mi mamá no estaba y mi papá salía con cualquier mujer que encontraba por ahí. Yo me acostaba temprano a llorar mientras todos festejaban... ¡Qué Nochebuena!

LAURA. Está bien, toma el agua, y quedate ahí todo el tiempo que quieras. Creo que te entiendo.

(Marianela se queda llorando, todos se quedan como estaban y el enfermo de cáncer, piensa.)

ENFERMO. ¡Cáncer! ¡Cáncer! ¡Cáncer! ¡Palabra maldita! Siempre tuve ese temor y al final… ¡Ahora me encuentro frente a frente con él! ¿Qué haré? ¡No lo puedo creer, Dios mío! ¿Qué paso? ¿Qué hice, Dios mío, para que me dieras esta enfermedad? No… ¿Y ahora qué voy a hacer? ¿Cómo les diré a mi familia? Hoy es Nochebuena aunque para mí ya nunca volverá a serlo. No les voy a decir todavía. Esperaré un poco pero el médico dijo que tal vez solo me queden tres meses de vida...

(Mariano le habla pero el no oye.)

MARIANO. ¡Señor! ¡Ey, señor!

ENFERMO. ¿Ah? Sí... Sí.

MARIANO. ¿Va a servirse algo?

ENFERMO. Sí, déjeme ver... (Mira el menú.) Tráigame un triple, por favor, y una gaseosa de cola light. (Piensa.) ¡Light! ¡Para qué Light…! Ya no necesito cuidarme, de todos modos me voy a morir… Todo ya está perdido para mí, ya no tengo más esperanza, nadie puede ayudarme, nadie puede sanarme, tantas cosas inconclusas: mi graduación, el campeonato de básquet, mi boda... Pobre Cami... (Se quiebra.) ¡Tantos planes, tantos proyectos...! ¡Dios se burló de mí!

(Las prostitutas beben y se ríen.)

PROSTITUTA 1. ¡Ay Soraya! Mira la cara de toda la gente que está aquí... ¡Todos amargados!

PROSTITUTA 2. ¿Y qué querés? Como está la situación de este país, ¿quién puede tener una Nochebuena? Yo nunca tuve una.

PROSTITUTA 1. Si es por eso, yo tampoco. Por algo terminamos así, metidas en este ambiente de porquería, ¿sabes? Pensándolo bien, yo sí tuve una Nochebuena...

PROSTITUTA 2. ¿Sí? ¿Cuándo? ¡Ah, ya sé! Cuando te levantaste, el ingeniero ése que estaba tan borracho que te pagó como cuatro veces, ¡ja ja ja ja ja!

PROSTITUTA 1. ¡No, tarada! (Piensa.) Fue cuando era muy chica, tenía como once años, éramos muy pobres pero esa Nochebuena mi papá había hecho un trabajito y le pagaron bien. Fue la primera Nochebuena... y la única que hubo comida en nuestra mesa: había carne, ensalada, ensalada de frutas y ¡pan dulce! Todos mis hermanitos esa noche estaban en casa y mamá hasta se veía linda, todos estábamos sonrientes, y recuerdo que papá nos dijo “hoy tienen que agradecer a Dios que en esta Nochebuena tuvimos una buena comida, pero recuerden que si alguna vez no hay, igual tienen que festejar la Nochebuena, porque eso no depende de las cosas materiales”. Al poco tiempo papá murió en un accidente, y nunca más hubo una Nochebuena como ésa. Nunca más estuvimos juntos. Mamá nunca más estuvo linda, nunca más sonrisas... (Se seca los ojos.) ¡Y acá estamos! Esta es la vida que nos tocó; Dios le da Nochebuena solo a los que le da la gana...

PROSTITUTA 2. Bueno, no te pongas así... Conmigo tampoco ha sido bueno pero vos sos mi amiga, en las buenas y en las malas, así que esta noche, vamos a estar juntas, aunque más no sea para llorar nuestras miserias... (Se ríe y le toma la mano.)

(La atención se centra en la mujer solitaria.)

MUJER. ¡Por Dios! ¡Qué incomodidad! Parece que todo el mundo me estuviera mirando... ¡Yo me voy! Pero, ¿a dónde voy a ir? ¿A casa? ¡Si no hay nadie! Es como si estuviera llena de fantasmas… Todavía puedo escuchar las risas y el entusiasmo de las Nochebuenas anteriores... ¿De qué me sirvió quedarme con la casa y los chicos, si ellos prefirieron ir a pasar con él esta noche? ¡Adolescentes! ¡Un día te aman y al otro día te tiran como un desechable! Bueno, pero son chicos todavía y extrañan a su padre. ¡Pobrecitos mis bebés! ¡Él! ¡Ricardo! Tiene la culpa de todo… ¡Jamás lo voy a perdonar! ¡Lo odio! ¡Yo sola aquí y él con mis hijos! ¡Y con esa…! Bueno, ¡qué lo disfrute! Algún día lo veré necesitado y solo como un perro... Bueno, no como un perro, ¡como yo! ¡Como yo esta noche! ¡Lo odio! ¡Cómo lo pude soportar 17 años…! Y encima me deja como un trapo usado... ¡Ay, Dios mío, quiero ver a mis hijos!

(Raúl, Mariano y Laura hablando en la barra.)

RAÚL. ¿Vieron que todas las Nochebuenas, el bar se llena de gente como la de hoy?

MARIANO. Sí, solitarios, fracasados, necesitados...

LAURA. ¿Y nosotros? También estamos acá, ¿no?

MARIANO. ¡Vos, nena! ¡Yo ya me voy! (Mira el reloj.) ¡22:30! ¡Raúl, te regalé media hora! ¡Mi familia me está esperando con una cena espectacular! (Se saca el delantal.)

RAÚL. Ok, ciao. Mañana a la tarde de nuevo acá, ¿eh? Nos quedamos solos, Lau...

LAURA. No te preocupes, yo te ayudo. ¡Una necesitada más! (Se ríen.)

DELINCUENTE 1. ¡Llegó la hora, Luis!

(El Delincuente 1 abre el bolso y saca un arma grande. El 2 saca una de la ropa y el 3 toma a Laura y le apunta en la cabeza, se paran y se dirigen a Raúl.)

DELINCUENTE 2. Ni se te ocurra, si suena la alarma, te mato a vos y a todos los que están acá... (Gritos y ruidos.) ¡Todos contra la pared! ¡Rápido! ¡Al suelo todos! ¡Y vos, abrí la caja fuerte y dame todo lo que hay! ¡Todo! ¡Y no te hagas el vivo!

DELINCUENTE 3. ¡Escuchen todos! Si colaboran nadie saldrá lastimado pero al menor movimiento, ¡les doy un tiro en la frente! ¿Entendieron? Todo lo que tengan de valor lo depositan en el suelo, no se guarden nada porque uno a uno los voy a revisar...

(Llantos y gritos.)

DELINCUENTE 3. ¡Silencio!

(Llantos. Sirena de la policía.)

DELINCUENTE 2. ¡La policía! ¡Desgraciado! ¡Tocaste la alarma! (Empuja a Raúl junto a los otros.) ¡Nadie se mueva!

POLICÍA. (Altoparlante.) ¡Están rodeados! ¡Así que bajen sus armas y entréguense, para que nadie salga lastimado!

DELINCUENTE 1. ¿Qué vamos a hacer, Luis?

DELINCUENTE 2. Tranquilos, muchachos, no va a pasar nada, no van a arriesgar las vidas de toda esta gente...

VOZ EN OFF. Después de una hora de intento de negociaciones...

DELINCUENTE 2. ¡Ya me escucharon! ¡No hay negociaciones! ¡Quiero los 15 mil dólares en efectivo, un auto con el tanque lleno y nadie de ustedes ahí afuera¡ Ella y ella se van con nosotros...

POLICÍA. (Se dirige a los policías.) Rodeen el lugar, vamos a tratar de eliminarlos y ¡Nochebuena para todos! (Se dirigen a los ladrones.) ¡Está bien! ¡Tendrán lo que piden! Pero antes necesito muestras de su buena voluntad.

DELINCUENTE 2. (Dispara.) ¡Ahí tenés una muestra de mi buena voluntad!

(Le disparan al que tiene a Laura.)

POLICÍA. ¡No disparen! ¡Van a lastimar a la gente!

DELINCUENTE 3. ¡Me muero Luis! ¡Ahhh!

DELINCUENTE 1. ¡Alguien que lo atienda!

DELINCUENTE 2. ¡A ver vos! (Levanta a Mariano.)

MARIANO. ¡No, yo no puedo! ¡Yo no se qué hacer! (Se acerca al herido y lo acomoda y le tapa la herida con un delantal.)

DELINCUENTE 2. ¡Vos quedate con ellos! ¡Que nadie se mueva! (Le grita al policía.) ¡Ahora si me traen ya lo que les pedí! O si no en media hora… ¡Nochebuena para todos! ¡Acá voy a esperar! (Se queda sentado.)

MARIANO. Lo siento, amigo, no puedo hacer nada por vos...

DELINCUENTE 3. Ya lo sé, me voy a morir, me estoy desangrando...

MARIANO. No, no te vas a morir, vas a salir de esto, no te preocupes…

DELINCUENTE 3. (Se ríe apenas.) No, yo sé que no... Siempre que un día todo terminaría así, como empezó: “sin pena y sin gloria”, como dicen, pero bueno, yo me la jugué por si alguna vez me salía bien. Pero ya lo ves, no tuve suerte, por lo menos lo intenté...

MARIANO. Es que esta vida que elegiste… Tenés más chances de perder que de ganar...

DELINCUENTE 3. Y, ¿qué más da, ah? Perdido por perdido, ¿sabes? Yo nunca hubiera querido ser como vos. Prefiero esto a llevar una vida como la tuya. Aunque perdí por lo menos lo intenté...

MARIANO. No hables más, tenés que ahorrar energía; seguramente pronto llegará una ambulancia...

DELINCUENTE 3. (Se ríe apenas.) ¡Qué ingenuo sos! Nunca vendrá ninguna ambulancia para mí... Mira a Luis, a él no le importa que yo me muera... Seguramente a mí tampoco me iba a importar si él estuviera en mi lugar. Así es todo esto...

MARIANO. Ya que quieres hablar, hablemos de cosas más agradables: hoy es Nochebuena, en cualquier momento van a dar las 12, y todo el mundo va a estar brindando y festejando. Mi familia si ya se enteró de todo esto debe estar muy preocupada...

DELINCUENTE 3. Tú tienes quien se preocupe por vos, yo no tengo a nadie... (Se queja de dolor.) Jamás tuve una nochebuena… Mi familia, si es que se puede llamar así a la gente que vivía conmigo. Nunca conocí a mi padre y mi mamá tenía un marido que me odiaba, así que a los doce años me fui de mi casa. Ellos nunca me buscaron, ¿para qué? Para ellos mejor, aunque yo sé que mi mamá en el fondo me quería y me buscaba. Yo a veces pasaba por mi casa y la miraba de lejos. Vivía con amigos que me enseñaron la vida de las calles; ellos fueron mi familia hasta ahora. Las nochebuenas como hoy, hacíamos lo de hoy: aprovechábamos que la gente estaba distraída con la fiesta para robarles... Por eso yo siempre dije que esta fiesta la invento un ladrón porque es especial, no puede ser mejor... (Se ríe apenas.) Y bueno, para mí ya terminó todo y para esta gente... Seguramente los liberarán pero ellos están igual que yo o ¿por qué pensás que están en un bar en Nochebuena? Para ellos tampoco hay esperanza. Te digo: muchos de ellos seguramente están esperando que pase algo, así ya todo se termina para ellos...

MARIANO. Yo también estoy acá y no quiero que pase nada, para mí sigue siendo Nochebuena, y espero que todo termine bien para todos.

DELINCUENTE 3. ¡Es que vos sos un chico bueno! (Se ríe con dificultad.) Vos seguro te criaste creyendo en Papá Noel... A ver, contame algo para pasar el tiempo, esto es para rato, y el mío ya no es muy largo pero pasa lento cuando uno está sufriendo.

MARIANO. Tal vez, pero sí, para mí la Nochebuena es importante. Mi mamá me enseñó a festejarla y no porque todo el mundo la festeja, sino porque ese día ocurrió algo muy importante para todos.

DELINCUENTE 3. Para todos, no. Para los ingenuos que creen...

MARIANO. No, es para todos. Porque es una oportunidad y las oportunidades están abiertas para todos, solo que son pocos los que la aprovechan. La Nochebuena es el Día en que Dios se acercó a los hombres para salvarlos y salvarlos del pecado y todo lo que él produce: soledad, tristeza, desesperanza... Y no es solo para algunos como todos creen; es para toda humanidad, porque cuando Jesús nació los ángeles dijeron: “Gloria a Dios en las alturas y en la tierra paz, buena voluntad para con los hombres”. Dios dio el primer paso para acercarse a nosotros, y solo espera una respuesta positiva de nuestra parte y a partir de ahí todo cambia, como cambió la historia en esa Nochebuena en Belén. Por eso es importante para mí esta Noche, porque me recuerda que mi Salvador vino al mundo para salvarme de todo esto (señala a la gente) del pecado y lo hizo por amor. Para mí es una noche de amor y aun si mi vida se acabara en esta tierra, yo tengo esperanza de encontrarme cara a cara con él, por eso también puedo decir que es una noche de esperanza, porque él me prometió vida eterna, y es una noche de alegría y felicidad que hay que festejar, porque él me dio una vida abundante de gozo y de paz y es una lástima que todos estén aquí, lamentándose de la vida que llevan, cuando tienen una vida muy diferente al alcance de sus manos...

DELINCUENTE 3. ¿Cómo al “alcance de sus manos”? No es tan así, yo me estoy muriendo y me da miedo porque yo no sé con qué me encontraré. Seguramente si todo lo que dices es verdad, yo no me encontraré con él, porque nadie que ama tanto y es tan bueno, va a esperar a alguien como yo. Viví sin Nochebuena y moriré sin Nochebuena...

MARIANO. Hoy puede ser tu primera Nochebuena; solo debes creer que Dios se hizo hombre y nació en una noche como hoy, para poder perdonarte tus pecados y hacerte su hijo. Y te aseguro que si tú te mueres él te estará esperando… Sólo debes decirle que lo necesitas y él vendrá a ti. Nacerá en tu corazón y serás un hijo de Dios.

DELINCUENTE 1. (Se ríe.) ¿Sabes? Me parece que te creo y antes de morirme quiero tener una Nochebuena, así que si ese Jesús que nació hace dos mil años puede hacer algo, yo quiero que lo haga. Si puede limpiarme… (Grita.) ¡Hacelo, Jesús! Y si me muero quiero verlo... (Muere.)

MARIANO. (Le cierra los ojos.) Seguramente lo verás, amigo... ¡Feliz Nochebuena!

DELINCUENTE 2. - ¿Murió?

MARIANO. Yo diría que durmió, y se despertará en la gloria con Jesucristo...

DELINCUENTE 2. Estás loco...

(Todos lloran. Entra la policía y toma a los delincuentes.)

POLICÍA. ¡Tiren las armas! ¡Arriba las manos! Quedan detenidos... ¡Llévenselos! (Se dirige a la gente.) ¡Señoras y señores la pesadilla terminó! Cada uno podrá ir a su casa a pasar la Nochebuena...

PERIODISTA. ¡Aquí Crónico Noticia, el único medio que se encuentra en el lugar de los hechos en este asalto con toma de rehenes en Nochebuena! Aquí junto al cuerpo del delincuente abatido Intentaremos hablar con los rehenes. Por favor, una palabra para el publico que vivió estas horas dramáticas junto a ustedes, señor.

SR. TONETTI. No tengo nada que decir, solo que a pesar de todo, para mí no fue tan dramática. Me di cuenta de algunas cosas y encontré una esperanza...

PROSTITUTA 1. (Llorando.) Yo me di cuenta que he llevado una mala vida y hoy quiero cambiar, y sé que podré hacerlo porque hay alguien que perdona, que limpia y restaura… Por eso es Nochebuena ¿no?

PROSTITUTA 2. Yo me acordé de algo que me dijo mi papá en una Nochebuena y voy a hacerlo en su memoria... ¡Adiós!

ENFERMO. ¿Saben? Hoy a mí me diagnosticaron cáncer y no había nada peor que me podía pasar, pero ahora sí sé que hay algo peor: no asegurarme de pasar la vida eterna con quien es el motivo de la Nochebuena.

MARIANO. (Se dirige al enfermo.) Amigo, nunca te dijeron que ésta también es una noche de milagros y que Jesús vino a sanar a los enfermos. (Lo abrazan y se van mientras le habla.)

MUJER. Bueno, yo quería decir a mis hijos que no se preocuparan, que yo estoy bien, que no lo estaba pero ahora sí, que voy a viajar a verlos y, ¡feliz nochebuena para ellos, para su padre y su esposa! (Saluda a la cámara.) ¡Qué bien me siento de perdonar!

MARIANELA. ¡Papá, estoy bien, no te preocupes! ¡Abuelita, te quiero mucho, ya voy para casa! ¡Hoy es Nochebuena! ¡Dios me ama, papá!

LAURA. Bueno, yo también me voy a casa; seguramente me están necesitando... ¡Feliz Nochebuena!

(Chicos saludan a la cámara.)

CHICO 1. Estamos bien ¿sabía que hoy nació Jesús y que por eso es Nochebuena?

PERIODISTA. Sí, sí, creo que de eso se trata, ¿no?

ANDY. ¡Sí, Dios vino al mundo para darnos amor, esperanza, paz y alegría!

PERIODISTA. Señor, ¿usted es el dueño del bar? ¿Me podría decir que pasó ahí adentro que nadie me habla del asalto?

RAÚL. Es que, ¿sabe?, hace dos mil años hubo un mesón que estaba repleto de gente y no hubo lugar para que Jesús naciera allí… Y hasta antes del asalto, este bar era como ese mesón: lleno de gente necesitada, pero no había lugar para que el Salvador compartiera con ellos. Tuvo que ocurrir este lamentable incidente para que se convirtiera en un pesebre, pobre, necesitado, maloliente, pero que en la Nochebuena, se llenó de la Gloria de Dios, y ocurrió el milagro más grande de la historia. Hoy ocurrió un milagro en estos corazones porque dejaron que Jesús naciera en sus vidas… Y les aseguro que no son los mismos que entraron en este lugar. Hoy tuvieron una verdadera Nochebuena.

PERIODISTA. Bueno, desde el lugar de los hechos, Crónico noticias le ha llevado la noticia a su hogar. Se está viviendo una situación fuera de lo común, en un asalto con toma de rehenes no hay llantos, ni nerviosismo, ni situaciones descontroladas ¿qué pasó dentro de este bar? Saque usted sus conclusiones... ¡Feliz Nochebuena para todos!

1 comentario:

Michelle Barrera dijo...

Presentamos este drama en nuestra congregación y resultó un éxito total. El mensaje fue claro y un buen grupo de invitados a nuestro servicio de Navidad recibieron a Jesús en sus corazones. Siempre bendecimos sus vidas, ministerio y familias, deseando que continúen con esta bendición para el cuerpo de Cristo.